La vida es una playa: Por qué William está en Brasil esta semana y cuál quiere que sea su legado.
El príncipe Guillermo habló sobre la necesidad de más buenos líderes, además de mostrar su lado menos serio, en el primer día de su gira por Brasil.
William , que se encuentra en el país toda la semana para la entrega anual de los premios Earthshot el miércoles y la COP30 , la conferencia de la ONU sobre el clima, comenzó su viaje con una tanda de penaltis en el emblemático estadio Maracaná de Río, antes de dirigirse a la playa de Copacabana para quitarse los zapatos y participar en un partido de voleibol.
El martes se centrará más en su trabajo medioambiental con una serie de visitas.
El lunes por la mañana, fue recibido en Río con un honor reservado para el rey del carnaval: las llaves de la ciudad.
En lo alto del Pan de Azúcar, con una vista panorámica de la ciudad y la icónica estatua del Cristo Redentor, fue recibido por el alcalde de Río, Eduardo Paes.
Al hablar sobre la importancia de la ceremonia de entrega de llaves, bromeó: "Así que ya tiene las llaves, puede hacer lo que quiera en las próximas 72 horas. La ciudad pertenece al príncipe Guillermo. ¡Yo sigo siendo el rey, pero le pertenecerá a él!".
Los objetivos del legado de William
Tras visitar algunos de los lugares más emblemáticos de la ciudad, se reunió con la leyenda del fútbol brasileño Cafu en el Maracaná.
Solicitó su ayuda para dar visibilidad a sus premios Earthshot , que se unieron a un evento para jóvenes activistas y emprendedores medioambientales.
Dirigiéndose a un grupo, William habló sobre la necesidad de más buenos líderes, diciendo: "Necesito encontrar la manera de acelerar eso, pero ustedes son mi esperanza, tienen la pasión, la ambición que esto necesita".
Añadió: "Esa es la herencia que espero dejar, que en unos años seamos nombres conocidos en todos los hogares".
Después, William se acercó al campo de juego y conoció a niños que aprendían sobre el medio ambiente y el cambio climático a través de la organización deportiva Terra FC.
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El príncipe terminó sus ejercicios de fútbol lanzando un penalti contra el portero Pedro Enrique, de 14 años, y fue rodeado por jóvenes que querían chocarle la mano después de marcar.
Pedro dijo después: "Estaba asustado y nervioso, pero muy emocionado, ya que era la persona más famosa que había lanzado un penalti. No le dejé marcar. Fue un buen penalti".
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