Dos millones de casos en 2050: el tsunami silencioso del deterioro cognitivo (y los desafíos que implica)
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La esperanza de vida en nuestro país es de 84 años (mayor en mujeres y algo menor en hombres), la más alta de la Unión Europea. En poco más de un siglo esa cifra ha aumentado nada menos que 50 años. Y subiendo…. Porque se estima que en 2035, las mujeres que tengan 65 años, alcanzarán los 87,7 años.
A priori es una buena noticia. Pero tiene un reverso: las condiciones de salud en las que se llega. Los avances médicos y el estilo de vida son los responsables de que la vida se pueda prologar y de que cada vez haya más centenarios en nuestro país. Pero estos datos también equivalen a un aumento de personas con enfermedades no transmisibles.
De hecho, uno de los mayores retos a los que se tendrá que enfrentar la sociedad y la sanidad españolas es el aumento de personas con deterioro cognitivo y demencia. En la actualidad este número ronda las 800.000 personas. Pero, según un estudio recientemente presentado por la Fundación de Ciencias de la Salud, se podrían alcanzar los dos millones de afectadas en 2050.
De las distintas enfermedades que suponen deterioro cognitivo, el Alzheimer es la forma más prevalente en nuestro país. En la actualidad, representa entre el 70% y el 77% de los casos. La siguen la demencia vascular, la demencia con cuerpos de Lewy y las demencias frontotemporales. Estas patologías tienen una prevalencia del 40% de los mayores de 90 años.
Enfermedades preveniblesEste mismo informe insiste en la importancia de la prevención, ya que hasta un 40% de los casos podrían retrasarse o evitarse si se actúa a tiempo sobre factores modificables. La razón es que los cambios patológicos cerebrales comienzan mucho tiempo antes de que se manifieste el deterioro.
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José Antonio Serra Rexach, jefe del Servicio de geriatría del Hospital Universitario Gregario Marañón y uno de los autores del estudio, afirma que “la promoción de un estilo de vida saludable, una dieta equilibrada (como la mediterránea), el ejercicio regular y la estimulación cognitiva son claves para preservar la salud cerebral. Además, es importante tener en cuenta otros factores como el control de la hipertensión y la diabetes, la reducción del aislamiento social y la corrección de déficits auditivos”.
Contra el diagnóstico tardío“El diagnóstico precoz no solo permite iniciar tratamientos, sino que es esencial para planificar el futuro del paciente y su entorno. Mejorar el acceso a pruebas diagnósticas y reducir los tiempos de espera es clave para una atención más eficaz y centrada en la persona”, según Ángel Berbel García, miembro de la Sociedad Española de Neurología (SEN) y coautor del estudio.
Hasta un 40% de los casos podrían retrasarse o evitarse actuando a tiempo sobre factores modificables
Sin embargo, la realidad es que desde la aparición de los primeros síntomas hasta la confirmación médica pasan una media de 28 meses (más de dos años). Este retraso se debe principalmente a la falta de concienciación, el estigma social y la desigualdad en el acceso a pruebas diagnósticas como la neuroimagen o los biomarcadores.
Diferencias territorialesOtra de las razones de este prolongado periodo de tiempo tiene que ver con la falta de equidad en el acceso a recursos especializados, que varía según la comunidad autónoma. “La atención especializada en demencias es muy desigual en España”, afirma Berbel.
Y concluye: “Mientras algunas regiones cuentan con unidades de memoria multidisciplinares, otras apenas disponen de recursos específicos. Necesitamos un modelo homogéneo y accesible que garantice una atención integral desde el diagnóstico hasta la fase avanzada”.
La esperanza de vida en nuestro país es de 84 años (mayor en mujeres y algo menor en hombres), la más alta de la Unión Europea. En poco más de un siglo esa cifra ha aumentado nada menos que 50 años. Y subiendo…. Porque se estima que en 2035, las mujeres que tengan 65 años, alcanzarán los 87,7 años.
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