La pobreza marca otro mínimo en la Argentina de Milei y hay una curiosa explicación con la que nadie había contado

Enésima caída de la tasa de pobreza en Argentina. Este indicador, tan seguido como controvertido, se ha convertido en una de las 'armas' políticas que mejor está esgrimiendo el Gobierno de Javier Milei para 'demostrar' el éxito económico de sus draconianos recortes en la lucha contra la inflación y la regeneración de una economía que llevaba sufriendo décadas de estancamiento real. Uno de los miedos iniciales del Gobierno e incluso los economistas afines a Milei era que las políticas de austeridad (recortes del gasto público por todos lados) trajeran consigo una profundísima recesión y un aumento disparatado de la pobreza. En cierto modo, esos miedos casi fueron confirmados en los primeros trimestres de 2024, cuando las políticas de recortes empezaron a impactar en la demanda agregada de Argentina y los indicadores de desempleo y pobreza. Sin embargo, dos años después, el PIB es más alto, los salarios reales están creciendo, el mercado laboral vuelve a generar empleo y la pobreza no para de caer trimestre a trimestre. Javier Milei y su equipo guardaban un 'as' en la manga. Además de la potente desinflación, la ampliación de una ayuda específica está ayudando a llevar la tasa de pobreza a mínimos de los últimos años, ganando así la batalla dialéctica e intelectual a sus opositores. Menos gasto público, pero mucho más eficiente.
La pobreza en la Argentina ha vuelto a caer con intensidad en el tercer trimestre de 2025, según los datos adelantados que se han publicado hace escasos días. Se estima que esta tasa se ha situado en el 27,5% durante el tercer trimestre de 2025, según una proyección del Consejo Nacional de Coordinación de Políticas Sociales (CNCPS) basada en información del instituto de estadística del país (Indec), marcando una caída interanual de 10,8 puntos porcentuales respecto al tercer trimestre de 2024. El descenso es de 27,3 puntos porcentuales si se analiza desde el inicio de la gestión del libertario Milei.
Asimismo, se estima que la indigencia bajó 3,8 puntos porcentuales respecto al tercer trimestre del año anterior. Desde los inicios de esta gestión, la pobreza extrema bajó 14,8 puntos porcentuales. Eso significa que millones de personas salieron de la indigencia.
Todo ello con un plan basado en los recortes de gasto y la desregulación que se ve ya de forma notable en la economía. Javier Milei no ha parado de anunciar y ejecutar recortes en el gasto. Con todo, este 2025, el gasto consolidado entre el Estado, provincias y municipios ha vuelto a los niveles que mostraba en 2008 como porcentaje del PIB. Según estimaciones del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF), el gasto público primario nacional terminaría 2025 con una reducción anual de 38.000 millones de dólares respecto al 2023, lo que llevaría a Argentina a terminar el 2025 con el gasto público primario del 31,4% del PIB. De este modo, el gasto público tocaría mínimo no vistos casi en 20 años.
Un gasto público eficiente e inteligente¿Cómo puede haberse desplomado la pobreza en 27,3 puntos en medio de los mayores recortes de gasto público de la historia reciente de Argentina? Por un lado, está la potente desinflación (una inflación cada vez menos alta) que ha permitido que los salarios reales aumenten, sacando a miles de familias con empleo de la zona de indigencia y pobreza (han salido de la pobreza casi dos millones de niños, según Unicef). Pero la otra pata, quizá menos conocida, es una ayuda que se entrega a las familias con hijos y cuya cuantía ha aumentado más que la inflación y se ha asignado a un mayor número de familias.
Es cierto que Milei ha recortado pensiones (en términos reales) y ha metido un tajo histórico al gasto público agregado, pero ha incrementado las partidas de políticas concretas y pequeñas, pero cuyo impacto en la economía es tremendo. La AUH (Asignación Universal por Hijo) se ha revalorizado casi un 500% desde la llegada de Milei al Gobierno, ampliando también el número de familias que lo reciben. Esta ayuda (mal llamada universal) se entrega a familias con menores de 18 años que cumplen ciertos requisitos económicos y de otro tipo. Además, se actualiza de forma mensual a medida que se van conociendo los datos de inflación.
Un buen ejemplo de cómo esta asignación se expande y llega de forma más sencilla a los argentinos se anunció el viernes pasado. A partir de 2026, el cobro de la AUH será automática y sin trámites para las familias con hijos de entre 0 y 4 años. El giro de la política se encuadra en una serie de medidas orientadas a simplificar los trámites y automatizar el acceso a las prestaciones sociales. Javier Milei y su Gobierno intentan simplificar todos los trámites relacionados con el sector público, a la vez que reducir el peso del Estado. Para ello automatización de los procesos resulta fundamental, lo que otorga certidumbre a los beneficiarios.
Desde modo, desde el año que viene, los titulares de AUH con hijos de entre 0 y 4 años inclusive que cumplan con los controles de salud y vacunación obligatorios pasarán a cobrar el 100% de la asignación de forma automática, sin necesidad de realizar gestiones presenciales ni virtuales ni presentar documentación adicional. El cruce de información entre organismos permitirá verificar el cumplimiento de los requisitos sin intervención del beneficiario.
Con este nuevo esquema, el ingreso mensual de estas familias dejará de tener retenciones y se percibirá de manera completa todos los meses. De esta forma, el monto de la AUH para este grupo etario se cobrará íntegro, siempre que los controles médicos estén al día, eliminando demoras y trámites que hasta ahora eran obligatorios.
El cambio también alcanza a la Asignación por Embarazo para Protección Social, ya que se automatiza el pago del 20% acumulado al finalizar el embarazo, siempre que la titular haya cumplido con los controles médicos requeridos. Al igual que en el caso de la AUH, el cobro será automático y sin necesidad de realizar trámites adicionales.
Esta ayuda ha sido clave para reducir la pobreza. La combinación de la AUH y la recuperación del mercado laboral, donde los salarios reales crecen con fuerza y la tasa de paro ha caído al 6,6%, ha generado ciertas sinergias que han permitido este descenso estadístico de la pobreza. Sin embargo, el trabajo por delante aún es mucho y arduo. Puesto la economía sigue siendo frágil, la inflación se mantiene en niveles todavía elevados, incluso para la región y la calidad del empleo sigue siendo relativamente baja.
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