Protestas | Protestas en Francia: La primera advertencia
Las movilizaciones de "Bloqueo Todo" se extendieron rápidamente el miércoles de esta semana, desde la madrugada y durante todo el día, por todo el país. El 10 de septiembre se había fijado como fecha en el calendario de protestas semanas antes. Este día de acción fue importante y se utilizó para expresar la opinión pública.
Como tantas chispas y llamas que avivan la ira social, estos cientos de manifestaciones, más o menos espontáneas, dieron testimonio del descontento generalizado. Expresaron un rechazo masivo a las medidas de austeridad y la injusticia social que empobrecen aún más a los más débiles y garantizan una prosperidad aún mayor a los más ricos. Pero también, y sobre todo, son una dura advertencia dirigida directamente al jefe de Estado de la República.
Sin embargo, el presidente Emmanuel Macron hace oídos sordos y actúa con su característica arrogancia. Sí, el nombramiento de Sébastien Lecornu como primer ministro en vísperas de la jornada de protesta fue otra afrenta, otro golpe a la democracia. Sí, el Palacio del Elíseo vuelve a ignorar los resultados electorales (la alianza de izquierdas Nuevo Frente Popular obtuvo la mayoría de los escaños en las elecciones parlamentarias de 2024 – ed.). Pero esta estrategia de ignorancia y desprecio por la democracia ha fracasado: el miércoles, los manifestantes atacaron al macronismo en su conjunto.
El miércoles fue un extraño contraste: por un lado, en las escaleras del Matignon (sede del gobierno), la atmósfera sobria y contenida de una farsa de transferencia de poder; al mismo tiempo, y a pocas calles de distancia, la represión desenfrenada de un movimiento social. Esa es la otra lección de este día. El hombre que debe abandonar la Place Beauvau (sede del Ministerio del Interior) tras la dimisión del gobierno había optado previamente por la violencia contra manifestantes pacíficos e incluso hizo usar gases lacrimógenos frente a las escuelas justo al comenzar las clases. Imágenes devastadoras de un poder al límite.
Esperemos que este 10 de septiembre marque el inicio de una nueva etapa. Ya hay indicios de que la indignación justificada no cederá. Los sindicatos ya han convocado manifestaciones en toda Francia para el 18 de septiembre. Y este fin de semana, la Fiesta de la Humanidad será lo que siempre ha sido: un poderoso foro para la esperanza de un mundo más justo.
Este texto se publicó el 10 de septiembre en nuestra publicación asociada, «L'Humanité» (Francia). El artículo de Marion d'Allard, traducido mediante programas de inteligencia artificial, ha sido editado y abreviado.
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