Doctor José Antonio Cetina Manzanilla: La detección temprana salva huesos y salud

La osteoporosis es una enfermedad caracterizada por la disminución de la densidad y calidad del hueso, lo que incrementa el riesgo de fracturas y debilita la estructura ósea en zonas particularmente vulnerables, como la muñeca, la cadera y la columna vertebral. Por esta razón, se le conoce también como “la enfermedad ósea silenciosa”.
En México se estima que aproximadamente dos millones de personas padecen osteoporosis y, de ellas, alrededor del 70% desconoce que la tiene. Esto significa que 1.4 millones de personas podrían afrontar fracturas óseas en los próximos años sin haber recibido un diagnóstico oportuno.
Inicialmente, la enfermedad no presenta síntomas evidentes; pero con el tiempo puede observarse pérdida de estatura, dolor de espalda y colapso de las vértebras.
Tanto hombres como mujeres pueden desarrollarla, aunque es más frecuente en mujeres, especialmente después de la menopausia. A partir de los 45 años, ambos sexos pierden masa ósea a un ritmo promedio de 1.1% anual, acelerándose en las mujeres hasta un 3 a 5% durante los primeros diez años postmenopáusicos.
Factores de riesgo
Entre los principales factores de riesgo se encuentran la edad mayor de 65 años, el tratamiento prolongado con corticoides, antecedentes familiares de fractura de cadera, un índice de masa corporal menor a 19 kg/m², caídas recurrentes, menopausia precoz no tratada y disminución de la densidad mineral ósea.
Otros factores son: tabaquismo, consumo de alcohol, males crónicos como artritis reumatoide, diabetes tipo 1 o síndrome de malabsorción intestinal, así como ciertos tratamientos farmacológicos que afectan la densidad ósea, como inhibidores de aromatasa, anticonvulsivantes, inmunosupresores y antirretrovirales.
La buena noticia es que la osteoporosis es prevenible. Adoptar un estilo de vida saludable —incluyendo ejercicio regular, dieta balanceada rica en calcio y vitamina D, exposición moderada al Sol y evitar tabaco y alcohol— contribuye significativamente a fortalecer los huesos. En adultos mayores, estos cambios pueden ser insuficientes, por lo que el tratamiento farmacológico resulta indispensable. Este incluye agentes antirresortivos, como bifosfonatos o Denosumab, y agentes formadores de hueso, como Teriparatida, siempre acompañados de un aporte adecuado de calcio y vitamina D.
El objetivo del manejo terapéutico es evitar fracturas: la prevención primaria se dirige a pacientes sin antecedentes de fractura, mientras que la prevención secundaria se centra en quienes ya han sufrido algún episodio. Las fracturas más frecuentes por osteoporosis afectan la columna, la muñeca y la cadera.
Recordemos que la osteoporosis es silenciosa, pero prevenible; la fractura es el evento final que todos debemos procurar evitar. La concienciación y el acceso oportuno a diagnóstico y tratamiento son herramientas fundamentales para garantizar una vida activa y saludable en la adultez.
Reumatólogo, coordinador del grupo de autoayuda Núcleo Familiar del Paciente Reumático, Colegio Mexicano de Reumatología y Academia Nacional de Medicina de México. [email protected]
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