El viaje a Alemania de Patricio Binaghi: arquitectura brutalista, libros perdidos y fotógrafas olvidadas

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El viaje a Alemania de Patricio Binaghi: arquitectura brutalista, libros perdidos y fotógrafas olvidadas

El viaje a Alemania de Patricio Binaghi: arquitectura brutalista, libros perdidos y fotógrafas olvidadas
Alemania Patricio Binaghi
Vista de Alexanderplatz en el barrio de Mitte (Berlín) en la década de 1970.ullstein bild (ullstein bild via Getty Images)

En uno de los últimos capítulos de Anacronías alemanas (Paripé Books, 2024), Patricio Binaghi (Buenos Aires, 48 años) relata el momento exacto en que elige la imagen que irá en la cubierta de su futuro libro. Es una fotografía de Peter Lindbergh que muestra, en un blanco y negro nublado, una de las torres de comunicación de Berlín. Se trata de un guiño metaliterario, pero también demuestra hasta qué punto la vida y la escritura se dan la mano en el primer libro como autor de este productor, gestor cultural, coleccionista, investigador y editor argentino afincado en Madrid. “La última crónica la escribí en tiempo real, y me gustó que se colara este detalle”, afirma. “Como editor, me paso el día leyendo textos que me llegan y veo cosas muy encorsetadas. Quise darme esa libertad como escritor”.

Patricio Binaghi se crio en Buenos Aires y estudió en el colegio alemán de la capital argentina. Aquel fue el primer contacto con una lengua y una cultura que no le resultaban propias, pero en las que vivió inmerso hasta los 18 años. “La mayoría de mis compañeros eran de familias alemanas, de segunda o tercera generación. Solo unos pocos pertenecíamos a otra ascendencia”, recuerda. Con los años, volvió a vivir en el país germánico, primero en Berlín y después en Düsseldorf, en estancias que alternó con épocas en Madrid y en Buenos Aires. Más tarde empezó un doctorado en Lovaina (Bélgica) dedicado a la fotografía alemana de los años veinte. Otra vez Alemania, otra vez aquella cultura que formaba parte de él a pesar de la distancia. “No termino de dilucidar de dónde viene ese apego a Alemania”, reflexiona. “Es un país que me resulta cercano por todo lo que estudio, y también ajeno, porque no tengo nada que ver con ello. Eso se mezcla con la condición de migrante que tengo aquí en Madrid, y con la que tuve esos años en Düsseldorf, esa extraña sensación de ser un latinoamericano en Europa”.

El escritor Patricio Binaghi.
El escritor Patricio Binaghi.Mauro Mongiello

El punto de inflexión tuvo lugar en enero de 2024. Su sobrina, que estudiaba en el mismo colegio bonaerense al que había acudido él, viajó a Alemania para un intercambio escolar y Binaghi realizó con ella el trayecto de Madrid a Berlín. “En el vuelo de regreso a Madrid, de tres horas y media, me puse a escribir y a hacer un relato de todo el viaje. Cuando volví se lo enseñé a Andrés Gallina, un editor externo con el que colaboro”. La respuesta de Gallina fue entusiasta y Binaghi empezó a repasar notas tomadas durante sus viajes a Alemania tras la pandemia, para realizar estancias de investigación del doctorado. De ahí surgió su libro, que reúne crónicas fechadas entre 2021 y 2024 en ciudades como Marbach, Hamburgo, Berlín, Colonia o Dusseldorf.

Anacronías alemanas es, en primer lugar, el diario de un bibliófilo y un investigador. A lo largo de su trayectoria profesional, Binaghi ha trabajado para el Ministerio de Cultura argentino y ha colaborado de forma cercana con el fotógrafo y diseñador Juan Gatti. En la actualidad redacta su tesis, lleva a cabo proyectos artísticos y editoriales, colecciona libros, carteles, revistas y folletos. También dirige una revista independiente, Bibliotech, que rastrea archivos, bibliotecas y colecciones en todo el mundo para desentrañar las claves de esta fascinación. Con Paripé Books, su propia editorial con sedes en España y Argentina, ha publicado obras de autores actuales como María Gainza, Guillermo Alonso o Camila Fabbri, además de libros de artistas como Pepo Pérez y joyas bibliófilas como un ambicioso volumen sobre la biblioteca de Jorge Luis Borges. De todo ello hay huellas en estas páginas que trazan una mirada poliédrica y contradictoria sobre Alemania. A Binaghi le fascina su arquitectura del siglo XX, los contrastes forjados en la Guerra Fría o la presencia, nunca soterrada del todo, del homoerotismo. “Es un país muy extremo en lo que se refiere a los afectos y al sexo”, explica.

'Anacronías alemanas', de Patricio Binaghi (Paripé Books).
'Anacronías alemanas', de Patricio Binaghi (Paripé Books).

No parece casualidad que Binaghi confiese su admiración por la fotografía de la Nueva Objetividad de los años veinte. Los catálogos botánicos de Karl Blossfeldt y los retratos de August Sander siguen siendo influyentes. “Las tipologías son algo muy alemán”, concede Binaghi, que se confiesa lector de Proust, Sebald y otros maestros de la descripción. “En lo minucioso se disparan para el lector determinados objetivos del narrador”. Por sus páginas también desfilan varios nombres de fotógrafos de la Escuela de Düsseldorf como Bernd y Hilla Becher, que durante medio siglo recorrieron Alemania para retratar estructuras industriales —torres de refrigeración, depósitos de agua— diseminadas por el paisaje. Si las series fotográficas de los Becher, aparentemente impasibles, acababan transparentando la identidad de un país, también las minuciosas descripciones de Binaghi —lo que pide en los restaurantes, los libros que hojea, las canciones que escucha, los medios de transporte que toma— contienen grietas por las que se acaba filtrando la intimidad: el duelo por la pérdida de los padres, los problemas de salud, la nostalgia, el extrañamiento del migrante.

Del mismo modo irrumpe la política en la descripción de una sociedad que encapsula muchas de las tensiones actuales. Binaghi es testigo del auge de la ultraderecha en Alemania o de la destrucción del tejido cultural argentino tras la victoria de Milei. “Alemania siempre parece estar en un equilibrio muy frágil. La sociedad alemana parece contenida, pero basta una chispa para que todo estalle. Madrid es una ciudad donde nunca tengo miedo. Pero, en Alemania, ya por el hecho de tener la piel morena quedo automáticamente fuera del sistema. La desnazificación puso un velo, pero no fue a la raíz del problema. Cuando voy a un mercadillo de antigüedades y aparece tanta memorabilia sobre la época del Tercer Reich, lo primero que pienso es que esto estaba en casa de alguien. ¿Por qué, ochenta años después, esto sigue estando en casa de alguien?”.

En Anacronías alemanas, Binaghi husmea en archivos históricos, lee manuscritos de Stefan Zweig y encuentra un autógrafo de Hermann Hesse en un libro aparentemente sin valor. Cita a Joseph Roth y Robert Walser, a Leni Riefenstahl y a Grete Stern. Más allá de las sombras, la suya es una carta de amor a las raíces de una cierta cultura europea cosmopolita, plurilingüe y humanista. No extraña que dos de sus proyectos actuales —la revista bibliófila Bibliotech y la tienda online de carteles y publicaciones antiguas Laminarium— reivindiquen el peso íntimo y político del papel impreso. “El papel es un material orgánico, el ser humano y el papel están destinados a encontrarse y entenderse, y la introspección y el silencio de la biblioteca y el archivo son lugares perfectos para ese encuentro”, afirma.

Por ello, el debut como escritor de Binaghi es una invitación a redescubrir un país y una cultura que no está exenta de nostalgia. “Creo que la nostalgia está en el ADN argentino”, bromea. “Vivo en el mundo de hoy, utilizo la tecnología de hoy, pero veo cosas de hoy que no me gustan y cosas del pasado que añoro sin haberlas vivido. Sé que es algo totalmente utópico. Pero en esa disrupción del tiempo permanente es donde transcurre mi vida”.

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